Me
critican por no asistir a ninguna de la etapas de tu muerte :
Velorio, funeral, entierro.
Pero
ya nos habíamos despedido, una semana antes, guardo unas fotografías
como mudas testigos de aquel encuentro, en tu casa en la comuna de Lo
Prado, y de nuestra separación. En ese o aquel encuentro-separación
estaba Marcela y Sergio.
Se
marchó fastidiada con la especie humana, tanto que no quiso reparar
su corazón al momento de la primera falla, momento en el cual este
órgano no lograba hacer el nexo vital y la dejaba inconsciente, sin
recuerdos casi, desde esos momentos es que su vida comenzó a
precarizar, esto unido a su enfermizo celo y exagerada desconfianza
hacia personas que no fueran tus hijos e hija. Un rencor terrible
hacia tus nueras, una fuerza indómita que no lograbas contener. Eran
muchos los indicios, las referencias que te llevaron a estar sola, a
pesar de tener muchos hijos, nietas, nietos, parientes cercanos...
Que gustosos hubiesen estado a tu lado, pero tu idiotez te era
insuperable.
No
fue tu vida un lecho de afectos y cariños, no fue una estancia
placentera, obligada como estuviste, desde tu nacimiento, tal vez
antes de aquel prodigio, a una vida “llena de esfuerzo, trabajo y
privaciones” según tus propias palabras corroboradas por tu
experiencia y la mía, durante los 19 años que compartimos la misma
casa.
Sin
duda que tuviste que asumir la literalidad de tus apellidos,
Guerra-Guerra convirtiéndote en una guerrillera solitaria en la gran
capital de Chile contra el adversario “terrible de tacaño”
llamado patrón-capataz-dueño.
Una
niña de trece-años apta para la servidumbre puertaadentro, 13 años
y a barrer, fregar, cocinar.
Lavar
altos de ropa sucia, para la señora, para el señor, los niños, las
niñas de la mansión. Nadie te quiso ayudar de verdad y sin embargo
ayudabas tú a quien te lo pidiera, amamantando con nutridos pechos
pequeños niños ajenos. Tuviste una fortaleza extraordinaria María..
María
de 80 años ida
María
6 veces maculada, María...
Dispénsame
por no ir en el cortejo fúnebre de despedida, seguro que comprendes,
disculpa mi ausencia y la de mi hijo... él quería ir...
Uno
de estos días iré a Santa Cruz, luego veré si de paso por
Chimbarongo veo a quien fue tu hermana, tu hermana la Flor y a su
hija, mi prima Elvira. Sin querer iré donde nunca fui, al origen de
tu vida, pequeña guagua pikunche, pichilamien niña.
Iremos
con Marcela, a quien hace 28 años te presenté
¡Muy
linda! - esclamaste al verla-, ella sigue, mamá, siendo muy linda.
Iremos a ver a una señora que quiere que conozcamos sus obras de
pintura sobre género ¿Recuerdas que me alentaste para asistir, me
acompañaste a un taller de enseñanza de pintura?
Yo
lo recuerdo, siempre recordaré tu respaldo para que continuara mis
instintos creativos.
Lo
peor de tu muerte es que ya no pueda verte, el pensar que ya no
existes; mas la leyenda se escribe de nuevo María Guerra y creo que
nunca escribí como hoy tantas veces tu nombre, lo escribo para
recordar tu ser viviente, todo ese ser que conocí y para saber que
aún así, a pesar de tu inexistencia, vives y vivirás conmigo.
María
la O, la Orfelina, fue de invierno a invierno,
María
de otoño como una gran hoja tu vida
cae
en un viento leve
suave
sobre la tierra
cuando
el biológico corazón renuncia
a
seguir marcando el pulso... el paso,
el
ritmo de la respiración,
sé
que no querías estar
piantada,
piantada
sola
solita solitaria.
No
quisiste chips
la
medicina no te convenció, ni los hospitales, ni las enfermeras
¿Para
qué seguir viviendo?
-
Bueno tienes... hijos, hija... nietas...
-
Si Dios me quiere llevar allá iré, cuando Él quiera, nuestro
Señor...
Oboe
y guitarra acústica para el viaje mamá, oboe tenue para tu oído
que no fue torvo, guitarra para tus manos hábiles.
13
años plenalunio púber con todos los derechos conculcados,
vidalita... el derecho a ser, a ser niña, a estudiar, ¡estudiar ya
no como un derecho! Si no, como una manera de descubrirse, descubrir
todas tus facultades plenas, a estar, correr en un patio de recreo, a
desarrollar, a conocer, a leer y escribir, dibujar y pintar, a tener
una simple oportunidad no laboral, una oportunidad para vivir.
Tú
que no tenías nada, aparente, le diste esa oportunidad a 6 personas.
Meliche, meliche, meliche, meliche.
¿Sabes
por qué empecé a escribir? Porque recordé que tu guiabas mi mano,
para que la letra me quedará redondita... ese fue el inicio, mi
inicio fuiste tú, inicio de toda mi vida, de toda mi existencia
madre-mamá-mami-mamita.
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